viernes, 27 de agosto de 2010

Cagada mítica. O sea, yo.

¡Cuánto tiempo sin pasear por estos lares! Esto del verano de verdad que me aperra demasiado, hasta para escribir aquí. Que no es que escribir una entrada sea un trabajo brutal. Al fin y al cabo sólo es mover los dedos, pero como ultimamente parece que todo mi cuerpo se haya pedido la baja y se niega a hacer nada de nada, pues me da perecilla.

Eso si. cuando me pasan cosas como la de esta mañana, inevitablemente se me enciende la bombillita de "ponlo en el blog", y en ello estoy.

Viernes 27 de agosto, 12:30 de la mañana. Estación de cercanías-renfe de Santa Eugenia. Me bajo del tren, para ir a casa de la última de mis ineptas de la mañana y, en el andén, a tomar por culo a la derecha, veo a una chica de espaldas que, claramente es mi amiga, a la cual, para mantener en el anonimato, llamaré Vega. Aunque está de espaldas veo que tiene los auriculares del mp3 puestos, lo cual me extraña mucho porque nunca suele llevarlo pero bueno, precisamente por eso, porque lleva los auriculares y no se enterara de nada, decido saludarle de una manera especial. Con una sonora hostia en el culo. Según me voy acercando a ella y a su culo, visualizo y saboreo los detalles de la agresión e, inconscientemente acelero mi paso para llegar cuanto antes a mi desitno. Apenas 5 metros nos separan. Yo preparo mi mano derecha, tomando arco suficiente hacia atras como para que la hostia le esté picando en las nalgas durante una semana. 3 metros. Una sonrisilla aparece de repente en mi cara, anunciando que la colision es inminente. 1 metro. Casi puedo adivinar el susto y el desconcierto que se apoderan del ambiente a medida que mi mano se acerca a sus posaderas... 20 centimetros. Ya no hay vuelta atrás, y mientras le doy la hostia ya me estoy descojonando y llamandola "perra".

¡¡¡¡PLASSSSSSSSSSS!!!!!

Hostia consumada. Gran excitación y mofa recorren mi cuerpo. Vega, acojonada ante lo que habia pasado se vuelve, esperando encontrar a un baboso que quería tocarle el culo gratutamente. ¡Con qué carita me va a mirar cuando vea el susto que le he dado!

Pues no. La cara de gilipollas se me quedó a mi. Porque como todos sospecharéis a estas alturas, no era Vega. Para nada. Era una señora, repito, SEÑORA, que se ha vuelto y me ha mirado fliando, sin saber muy bien qué hacer.

Y lo peor de todo es que, ante semejante bochorno, lo único que se ma ha ocurrido decir ha sido

"Lo siento, es que le he una araña gigante en el trasero y sólo quería matarla para que no la picara. El golpe ha sido inevitable..."

Aún ahora, casi 8 horas después, lo pienso y quiero morirme de la vergüenza. A partir de ahora, del "hola qué tal" y los dos besos, no me saca nadie.

La vida no puede ser esto.....La vida...no sé...tiene que ser otras cosas....



"It feels alright, but never complete,without you"

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