..--..--..--..--..--..--..--..

Pues heme aquí, otra vez, dispuesta a llegar a la entrada número 44 según el contador de blogspot. Y que conste en acta que me pongo a escribir porque mis fans me lo exigen. Y cuando digo "mis fans", quiero decir, una amiga mía que tiene una pierna escayolada y no puede salir de casa, ergo tiene mucho tiempo libre que gastar frente a la pantalla del pc. Y cuando digo "me lo exigen", en realidad hago referencia a una pregunta que esta misma amiga me hizo ayer y que era más por hablar de algo que por otra cosa: "hace bastante que no actualizas, no?"

Y es que últimamente tengo poco que decir sobre casi todo. Bueno, en realidad me pasa lo contrario. Como diría cierta diva de la canción contemporánea "tengo tanto que decir, que mejor me callo". Por pereza, por vagancia, por no entrar en disputas, porque directamente hay asuntos que me la pican...Por lo que sea, pero me callo.

Eso sí, hay una cosa que me ha traumado desde que me he levantado esta mañana. Domingo, 2 de mayo, 11:30 de la mañana. Me levanto, despeinada, en pijama y preguntándome realmente por qué es tan difícil encontrar pijamas que no se me suban por la pierna mientras duermo y según paso la puerta del salón, camino del baño, lo veo. Un ramo de flores. De rosas rojas, concretamente. De rosas rojas que mi padre ha regalado a mi madre, aún más concretamente. Y me desconcierta, porque en 40 años de casados mi padre jamás le ha regalado rosas a mi madre.
Si no fuera porque mi padre es demasiado vago como para levantar sus posaderas del sofá, creo que incluso pensaría en el adulterio, pero tras mirarle fijamente de arriba a abajo, he descartado esa opción por razones obvias.

Bueno, que eso, he actualizado. Para escribir nada importante, vale, pero he actualizado. Así que mi club de fans ya puede estar tranquilo...Sigo con ellos a muerte!!!



Dream a little dream of me, que dirían los de Glasgow.