jueves, 1 de julio de 2010

Desgraciada y media

Bueno, pues he vuelto. Me ha costado la vida retomar esto, e incluso he llegado a recibir amenazas físicas si no actualizaba cuanto antes, pero ya se sabe que la vida del estudiante es dura. Bueno en realidad no. La vida del estudiante es maravillosa. La que es dura es la vida del estudiante de matemáticas desgraciado, como es mi caso. Pero bueno, lo único que me consuela es que al menos podré pasarme como mínimo 10 días tocándome los bajos a dos manos. Me han penetrado analmente dos veces, en cuestión de dos semanas, vale, pero al menos ahora tengo tiempo para que eso cicatrice y para prepararme para ser yo la que penetre en septiembre.

En fin, asuntos académicos a un lado, esta noche he recordado el porqué de mi odio infinito al verano. Llevamos dos días de calor y ya estoy hasta las pelotas de que me piquen los mosquitos este año. Y llegados aquí hay una duda que me atormenta: yo soy una chica alta, 1,72 concretamente. Además, de un tiempo a esta parte, soy una mujer que equipara su peso a su altura. En cristiano, que hay lorza ibérica adherida a muchos rincones de mi cuerpo. En resumen, que hay mucha masa donde un ser infinitesimal como es un mosquito podría picarme. Pues no. Todos esos hijos de puta alados me pican siempre en el mismo sitio: los dedos de los pies. Y yo conozco métodos muy elaborados de tortura (no olvidéis que me he criado en Vallecas), pero no creo que ninguno llegue al nivel de una picadura de mosquito en un pie. Ahí no te puedes rascar bien y además te rozas con todo: calcetines, chanclas, sábanas... y claro eso empieza a picar y a ti te gustaría arrancarte ese dedo del pie, y lanzárselo por ejemplo a uno de los patos del retiro. Los cuales, aunque no viene al caso, siempre me han dado una pena de cojones. Tienen que limitarse a comerse los gusanitos rancios que la gente tira, mientras esa misma gente se esta comiendo unos suculentos bocatas de jamón de los que jamás se cae al agua ni una miserable miga. Pero bueno, hablaba de mi desgracia, no de la desgracia de los patos.

Pues eso, que estoy harta de himenópteros y bichos varios... Y aún me quedan dos meses maravillosos por aguantarles... Resignación cristiana.



"Hay tormenta y yo me tiro al mar"

2 comentarios:

  1. Hombreeeeee, ya era hora, no? tanto estudiar, tanto estudiar!

    1.72 dice, tú flipas!

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  2. a ver imbecil, es lo que tengo puesto en mi informe de la ultima revision medica. 1,72

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